Saltar al contenido

No cambias hasta que te duele lo suficiente

O al menos hasta que te cansas de ser como eres.

Es parte de nuestra condición como humanos, no entendemos por lo regular con una palmadita en la espalda, sino hasta que algo realmente malo nos sucede. No soy la excepción, durante mas de 20 años estuve “intentando” perder peso sin éxito, pensando en que nunca iba a tener problemas de salud, porque, entre otras ideas medio absurdas, cada vez que me hacía análisis sanguíneos todo se veía “normal”. Era un gordo “sano” (fíjense la ridiculez del término). Hasta que un día ya no fué así.

Aun cuando había señales de que debía hacer algo, no hacía mucho caso: compraba ropa cada vez mas grande, cansancio a todas horas, problemas de espalda al dormir, sofocarme con casi cualquier esfuerzo, hasta cortarme las uñas de los pies era problemático; y la señal estrella que debía hacer algo, era verme al espejo todos los días con obesidad, y en esos momentos el consuelo era pensar “no estoy tan mal, bajando unos kilos quedo bien”, “no voy a dejar que los estereotipos influyan en mi”. 

20 años intentando ponerme en forma sin lograrlo y ¿qué fue lo que ahora si me dolió? Cuando me diagnosticaron hipertensión y debía tomar una pastilla diariamente durante al menos 6 meses, para después ver que seguiría con el tratamiento. Aún no cumplía ni los 40 años y además, tenía muchos antecedentes familiares con diferentes cardiopatías, por lo que no era alentador el panorama.

Esto mas que asustarme me provocó enojo conmigo mismo. ¿Cómo permití esto? Da coraje pensar que mas de una vez supiste que debías hacer algo y el no haberlo hecho te trae este tipo de consecuencias. ¿Debí esperar a tanto para poner manos a la obra? Por supuesto que no, pero como inicié, la verdad es que no entendemos por la buena. Te invito a conocer un poco mas de mi historia porque se que te sentirás identificado con mas de un punto.

Aún así, hay gente que nunca aprende. Sin importar las consecuencias de sus enfermedades, hay gente que jamás recapacita. ¿Es necesario pasar por todo esto? Definitivamente cada cabeza es un mundo. Hay quien piensa que si vale la pena seguir tragando (porque no es otro el término) lo que sea con tal de ser felices. Yo creo honestamente que si se tratara solamente de tu vida, estaría bien, y no en un sentido de aprobación (se que no necesitas mi aprobación ni la de nadie), sino en un sentido de reconocimiento a tu capacidad de decidir libremente. Lo que creo que no está bien es que esto deriva en muchos problemas, de cuidados, de gastos, donde no solo te afectas a ti, sino a los tuyos, y ahí, creo que la perspectiva cambia.

No importa si tienes 20 años o 40, o 60. Nunca es tarde para empezar. El camino es mas sencillo de lo que crees, pero como todo, debes estar dispuesto a aprender a hacer las cosas bien. No esperes un chingadazo, seguramente la vida ya te ha dado algunas palmaditas para saber que debes hacer algo por ti.

El dia es hoy. Hazlo, pide ayuda si no sabes por dónde empezar. Encuentra la manera.

Etiquetas:

Join the conversation

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *